La parte melancólica


Una vez le dije a una amiga que en toda canción había una parte melancólica, sin importar que fuera la canción más feliz del mundo. “Ahí viene la parte melancólica”, le decía cuando escuchábamos alguna rola.

Con el tiempo me di cuenta que la parte melancólica estaba en todo, en los árboles, en un parque, en la escuela, en el trabajo, en la muerte, en la vida… siempre hay una parte melancólica que anda por ahí metiéndole poesía a las cosas, y hasta una lagrimita en el ojo, que puede ser bien de felicidad o lo contrario.

No hace mucho me enteré que en el idioma japonés existe una palabra para definir a los rayos del sol que se filtran de entre los árboles: Komorebi, me pareció tan increíble y fascinante, pero a la vez melancólico, fue entonces que empecé a ver partes melancólicas por todos lados: una copa de vino, la bicicleta, mi par de tennis viejos y rotos, mis chanclas y pies negros después de andar todo el día, era el fin del mundo como lo conocía, la melancolía estaba conmigo y no se iría jamás.

Era esa poesía que le daba otro sentido a la vida: el de vivir más lento. Los que me conocen lo saben, soy acelerado, siempre corriendo, siempre apurado, me hice así desde la muerte de mi padre, me dieron ganar de vivir y de no parar, de tratar de disfrutar todo, de estar siempre fuera, porque las cosas pasan allá afuera, de estar aquí, pero también allá, y le encontré la melancolía a eso, a no darle el tiempo para disfrutarlo, así que ahora hay que meter el freno.

 
Sí un día me ven en pleno acelere ayúdenme a apachurrar los manubrios del freno, porque hasta en esa bajada que es una gran subida hay que pararse a encontrarle la parte melancólica.

Comentarios

  1. Es obvio que como todo ser humano, vamos a tener situaciones que nos marcan y que son: situaciones no muy buenas y donde vayamos, vamos a llevar eso en nuestra mente, vamos a tener en algún momento de nuestra vida algo que nos recuerde... eso que nos pone melancólicos, o que nos hace infelices al igual que triste.
    Hay que recalcar que al tener momentos tristes, no somos del todo 100% felices. Pero yo decido si demuestro felicidad, recordando lo que me causa tristeza. Hay que ser fuertes.
    Al leer tu parte melancólica analice y me dije que todo lo Que haces en el presente es para olvidar la situación de tu padre. Pero que no importa donde vayas. Donde estés. El siempre va a estar ahí y va haber algo que te recuerde a el, al momentos que dices que la melancolía la encontramos en un parque, en una bicicleta, en unos zapatos es porque recordamos y nos apegamos a algo. Y sentimos miedo de saber que algún día acabará.
    Por otra parte también entendí, que cada persona ve la melancolía dependiendo su situación. A eso creo que te refieres cuando dices que la melancolía está en todo. Aprendemos a saber que hacer por las experiencias de otros, a valorar lo que tenemos, a valorar el esfuerzo. De aprovechar el tiempo... mientras se pueda, hacer lo que deseamos y nos gusta, porque si no... llegará la melancolía de no poder o de no haberlo hecho.
    En lo ultimo entendí que a pesar de todo llega uno a sentirse sólo y a sentir miedo. Y con eso la melancolía.

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    1. Eso, cada quien vive su propia melancolía, es creo una forma de sobrevivir, de seguir, de fluir.

      A mí me gusta la mía, creo si tiene que ver con muerte, pero también con vida, es parte de mi, y siento que me hace ver la vida de una forma particular y me hace disfrutarla más, creo.

      Un abrazo, Richie.

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