Como chancla en primavera
Desconfío de toda persona que
dice que andar en un par de sandalias es lo más incómodo en el mundo. Hay cosas
más incómodas, seguro. Como quedarte dormido en el camión, babear y pasarte de
la parada. Eso o que te cachen como burro en primavera en espacios públicos.
Pero… ¿andar en chanclas?
Pff, pan comido, siempre he dicho que la vida es más bonita así. Porque siempre
es mejor mostrar piel que mostrar un
abrigo. Es mejor oler a bloqueador que a pino, es mejor mano sudada que mano
solitaria, o… ¿no?
Y un día… la chancla en todo
su esplendor explotó. Reventó, pues. Fue cuando tuve que arrastrar la pata, no
al panteón, sino al Zócalo de Cuernavaca, mi amiga no podía de la risa, yo…
tuve que andar de pie descalzo, pero risueño, realzo.
Obligué a otra amiga una vez
a usar chancla: igual si te enojas con tu wey se la lanzas, le dije. Se le
rompió la chancla, le llovió, se puso una bolsa en el pie, pero eso sí, sonrió.
¿Ven? Al final, aunque sea en
la tormenta la vida es más bonita así. Y no sé, todo me parece más bonito en
esta época. Como chancla en primavera.

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