Se cuela cual polen en las narices

Te vas a dormir y te das cuenta de que despiertas en la primavera. Llega la noche y es la primavera. Llega el medio día y es el burro. Parpadeas y en un segundo se transforma en el sopor de la madurez. Esa que conlleva una cantidad de responsabilidades que poco a poco van arrugando al pellejo y alejándolo de la primavera.

“Se ve que ya es primavera porque todo mundo anda enseñando piel”, me dijo una noche de primavera mientras sandaléabamos por el zócalo. Fue entonces cuando nació la siguiente lista de cosas que amo-odio de la primavera.

1. La ropa tropical, veraniega y por ende primaveral: conozco mucha gente que me dice que no le gusta por informal, pero la vida, aunque suene a cliché, es muy corta para andar formal.

2. Las chanclas: sí, vienen en un apartado especial porque desde años (que parece un “siempre”) he andado de chancludo por la vida, los que me conocen bien y medio bien lo saben. Si me has visto en un par de chanclas alguna vez puedes decir que has  visto un pedacito de mi alma, porque ella también ocupa los huecos que hay en los pies.

3.  Piel: ¿a quién no le gusta la piel expuesta?

4. Piel morena: dejen de ser racistas, al chile la mejor es la morena.

5. El calor de medio día: aquí hay de dos, o lo odias o lo amas. Cuando vas por la calle con tus usuales responsabilidades el calor te asfixia. Pero si estás en traje de baño, sandalias y cómodo lo disfrutas seguro y hasta quieres más.

6. La cerveza helada: admitámoslo, es la mejor bebida del mundo mundial.

7. Las ganas de vivir en un paraíso tropical como en el cine: sí, una vida utópica que te deje disfrutar de un paraíso sin responsabilidades, creo que todos siempre hemos soñado en algún punto con eso. TODOS. Y si tú no, pues comenta “No me gusta”.

“¡¡Bienvenidas, noches de primavera¡¡”, le respondí con emoción cuando se reventó mi chancla y me fui de hocico al suelo.

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